En
muchas instituciones educativas se practica cada vez menos la escritura a mano.
¿Qué efectos genera esto en el desarrollo cognitivo y motor de los niños?
Si
bien a primera vista esto puede parecer una evolución esperable dados los
medios técnicos que predominan en nuestros días, diversos especialistas se han
preguntado por los efectos que está causando la paulatina pérdida de esta
práctica antigua en el desarrollo cognitivo y el proceso de aprendizaje de los
niños.
Uno de ellos fue Stanislas Dehaene, psicólogo del Collège de France de París, quien, resaltando la fuerte relación que existe entre ella y la estimulación cognitiva- apuntó que: "Cuando escribimos, un circuito neuronal único se activa automáticamente", haciendo más fácil el aprendizaje. Esto queda evidenciado en la mayor rapidez con que los niños manejan la lectura si han aprendido previamente a escribir a mano.
Uno de ellos fue Stanislas Dehaene, psicólogo del Collège de France de París, quien, resaltando la fuerte relación que existe entre ella y la estimulación cognitiva- apuntó que: "Cuando escribimos, un circuito neuronal único se activa automáticamente", haciendo más fácil el aprendizaje. Esto queda evidenciado en la mayor rapidez con que los niños manejan la lectura si han aprendido previamente a escribir a mano.
Para
tener un mejor entendimiento de qué funciones cerebrales se estimulan cuando se
escribe a mano, Karin James -psicóloga de la Universidad de Indiana- dirigió un estudio en el que se le pidió a un grupo de niños, ninguno
de los cuales había aprendido a leer ni a escribir, que reprodujera una letra o
forma dada ya sea trazando su contorno mediante una línea de puntos
preestablecida, dibujándola libremente en una hoja en blanco o tipeándola en un
teclado.
Luego de medir la actividad cerebral de cada individuo a través de un escáner, los investigadores encontraron que los niños que habían copiado la letra a mano alzada experimentaron una mayor actividad en tres áreas del cerebro: la circunvolución fusiforme izquierda, el giro frontal inferior (involucrado en el reconocimiento visual o gráfico de la palabra durante el proceso de lectura) y la corteza parietal posterior (encargada de transformar la información visual en instrucciones motoras). En contraste, en los niños que emplearon las otras dos técnicas, dicha activación fue significativamente más débil.
Luego de medir la actividad cerebral de cada individuo a través de un escáner, los investigadores encontraron que los niños que habían copiado la letra a mano alzada experimentaron una mayor actividad en tres áreas del cerebro: la circunvolución fusiforme izquierda, el giro frontal inferior (involucrado en el reconocimiento visual o gráfico de la palabra durante el proceso de lectura) y la corteza parietal posterior (encargada de transformar la información visual en instrucciones motoras). En contraste, en los niños que emplearon las otras dos técnicas, dicha activación fue significativamente más débil.
#América_Vanessa
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