El sabor de la carne humana
Asesinos seriales –como por ejemplo, Armin Meiwes– y caníbales de la Polinesia han sido los encargados de describir a qué sabe la carne humana, y la conclusión general es que no tiene un sabor coincidente con su color rojo. Lo más cercano en sabor sería la carne de cerdo, solo que un poco más fuerte; aunque William Seabrook, un escritor y periodista que viajó a África, en 1920, describió el sabor de la carne humana como similar al de la ternera.
Su muy descriptiva narración habla de una carne suave, imposible de distinguir su origen, un poco fibrosa y sin un sabor característico como puede tenerlo la carne de cerdo o el pescado. Sin embargo, versiones posteriores indican que las tribus donde estuvo nunca lo dejaron participar de sus costumbres.
Una cosa sí que queda clara: el sabor de la carne humana dependerá del corte y de cómo esté preparado –como en otras carnes–: no es lo mismo el estofado humano de la tribu Azende que los genitales humanos fritos y condimentados que han sido consumidos durante una “exposición artística”.
Al preguntar a qué sabe la carne humana se presenta una paradoja: la carne de cerdo es de color rojo –como la humana–, sin embargo todos la catalogamos como una “carne blanca”. ¿Cómo crees entonces que debería considerarse a la carne humana?
#Hitandewy_Martinez
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